Entre los titanes, Helios era el dios encargado de conducir el carro del sol. Al ser vencidos los titanes en cruel guerra por los olímpicos, le sustituyó en su tarea el dios Apolo.

Apolo residía en um palacio de oro en el más allá de la India, en el Lejano oriente. Desde allí Apolo, el dios del Sol, amanecía en su brillante carro. El carro iba tirado por dos yeguas, llamadas Trueno y Relámpago, las cuales estaban flanqueadas por dos potros, Matutino y Ardiente.
Himno de Pitágoras al amanecer del sol. Fedor Andreevich Bronnikov
Con aparente facilidad Apolo gobernaba estos poderosos caballos en su carrera diaria por el cielo. Al llegar al otro extremo del mundo, los veloces caballos se bañaban en el río Océano. Apolo regresaba navegando en una gran copa tapada para volver a partir al día siguiente, cuando la Aurora, con sus dedos de color de rosa, descorría el velo de la noche.
