SEGUNDA ETAPA. EDAD MEDIA Y RENACIMIENTO
Edad Media
Los dibujos de las constelaciones medievales tienen en común que no reflejan exactamente la situación de las estrellas. Destacan por su rigor científico los atlas y tablas realizados por Al-Sufi y Alfonso X el Sabio.
Al-Sufi en el año 964 publicó el Libro de las estrellas fijas. En él se hace un catálogo de las estrellas mezclando el Almagesto de Ptolomeo, sus propias observaciones y la tradición árabe (anwa).

Algunas de las curiosidades del Libro de las estrellas fijas de Al-Sufi son:
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Cada constelación aparece dibujada dos veces. Una vista desde la Tierra y otra desde fuera de la esfera celeste.
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Que menciona la galaxia Andrómeda como una nube
Las Tablas alfonsíes de Alfonso X el Sabio tenían como finalidad conocer la posición de los astros según el modelo de Ptolomeo. En las Tablas alfonsíes se juntaron las observaciones del astrónomo cordobés al-Zarkali, y las observaciones aportadas por los astrónomos de la corte del rey durante nueve años.

En los mapas de Alfonso X se distinguen las constelaciones clásicas. Las Tablas Alfonsíes fueron muy utilizadas posteriormente por los navegantes europeos de los siglos XV y XVI, llegando a servir, incluso, como base a los descubrimientos posteriores de Copérnico.
Renacimiento
En el Renacimiento destaca el catálogo de estrellas de Tycho Brahe, que sirvió de base para posteriores mapas estelares. También hay que señalar dos mapas estelares, el de Durero por belleza y el de Alessandro Piccolomini.

Tycho Brahe, patrocinado por los reyes de Dinamarca Federico y Rodolfo, que le construyeron un palacio-observatorio y que le financiaron la confección de varios instrumentos astronómicos, elaboró un catálogo extremadamente preciso de 1.000 estrellas. El catálogo recibió el nombre de Tablas Rudolfinas (1601).
Uno de los instrumentos que Tycho Brahe utilizó fue un cuadrante de dos metros de radio que necesitaba de varias personas para ser utilizado (los cuadrantes normales se pueden coger con una sola mano).

Las precisas observaciones de Tycho Brahe las aprovechó Johannes Kepler para describir con precisión los movimientos de los planetas.
El primer mapa estelar europeo impreso fue realizado por Alberto Durero en 1515. En su elaboración colaboraron dos astrónomos y se basaba en el Almagesto de Ptolomeo.
Alessandro Piccolomini compuso con mayor rigor científico el libro Della sfera del mondo en 1540. Aunque Piccolomini no dibujara las figuras de las constelaciones, es precursor del atlas que realizaría más tarde Johan Bayer en dos aspectos:
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Intenta reflejar con bastante verosimilitud la posición y el tamaño de las estrellas (hasta la magnitud 4), algo que no solía importar a los autores de la época.
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Etiqueta las estrellas de cada constelación con letras minúsculas.

CARTOGRAFÍA ESTELAR. Los libros más bellos del cielo
Ponencia expuesta en el XXI Congreso Estatal de Astronomía. Granada
