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EXOMARS 1/2. LA SONDA EXOMARS ANDALUZA


Gian Paolo Candini, ingeniero electrónico, y doctor en ingeniería aeroespacial, que ha trabajado en la construcción de la sonda ExoMars que próximamente será lanzada con dirección a Marte, ha tenido la amabilidad de informarnos sobre la contribución del Instituto de Astrofísica de Andalucía en la sonda ExoMars que será lanzada próximamente.

La sonda ExoMars forma parte de un proyecto más amplio que tratara de buscar indicios de vida y agua en Marte. Consta de dos fases.

  • Lanzamiento de una sonda en 2016
  • Lanzamiento de un rover en 2018 que transitará por la superficie de Marte.

La sonda ExoMars, en la que ha trabajado Gian Paolo Candini, se compone a su vez de dos partes:

  • Un satélite llamado Trace Gas Orbiter, con las siglas TG.
  • El aterrizador Schiaparelli , con las siglas EDM

 El proyecto ExoMars, se engloba en un programa fundamentalmente europeo y ha sufrido diferentes vicisitudes desde su puesta en marcha. En principio estaba financiado conjuntamente por Estados Unidos, Canadá y por la Agencia Espacial Europea. Sin embargo, Estados Unidos se echó a atrás y su lugar lo ocupó Rusia.

Mision-ExoMars
En principio la sonda ExoMars debía haberse lanzado en enero de 2016, pero su lanzamiento se ha aplazado al detectarse algunos fallos en dos sensores del aterrizador. El lanzamiento se realizará en marzo aprovechando la situación óptima de Marte con respecto a la Tierra y se llevará a cabo por medio del cohete ruso Protón.

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EL ATERRIZADOR SCHIAPARELLI

Cuando la sonda llegue a la órbita de Marte se desprenderá el aterrizador Schiaparelli. El nombre del aterrizador hace referencia el astrónomo Giovanni Schiaparelli de finales del siglo XIX el cual creyó ver a través del telescopio una red de canales en Marte. Esta imaginaria red hizo pensar a algunos que el planeta rojo estaba habitado por seres que habían alcanzado un alto grado de civilización.

Maqueta-del-rover-ExoMars-2018

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Los expertos cruzan los dedos pensando en el aterrizaje de Schiaparelli. Ni la agencia europea ni la rusa tienen práctica en este tipo de descensos y con esta experiencia quieren asegurar el éxito del posterior aterrizaje en 2018 del rover.

Al llegar a la atmósfera de Marte se desplegarán unos paracaídas de doce metros de diámetro que deberán frenar los 600 kg del aterrizador Schiaparelli. Aún así, no se prevé que la llegada a suelo marciano sea suave y por ello se ha confeccionado con una estructura flexible que amortigüe el impacto.

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Descenso-Aterrizador-Schiaparelli

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Después de posarse en suelo marciano, concretamente en la zona Meridiani Planum, se desplegarán una serie de aparatos que apenas funcionarán durante cuatro días. Los aparatos en su conjunto pesan 5 kg e incluyen, aparte de la cámara de descenso, una estación meteorológica y un radiómetro.

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EN BUSCA DE VIDA MARCIANA

Mientras tanto quedará orbitando Marte el satélite Trace Gas Orbiter.

Uno de los principales objetivos del satélite Trace Gas Orbiter, como su nombre indica, es la detección de gases que indiquen la presencia de vida en Marte. Uno de los gases que se pretende detectar es el metano.

El metano tiene varios orígenes, y uno de ellos mineral y el otro orgánico.

El metano de origen mineral se localiza en la Tierra donde hay cualquier combustible de origen fósil ya sea petróleo, gas o carbón. Cuando está asociado a las minas de carbón el metano recibe el nombre de grisú y es altamente explosivo.

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Satelite-ExoMars-2016

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Pero el metano que espera encontrar el satélite Trace Gas Orbiter es el de origen orgánico. El metano que pudiera haber en Marte debería de proceder de la actividad de los seres vivos. El metano es una molécula inestable y los intensos rayos ultravioletas que llegan hasta la superficie de Marte no permitirían que durasen más de 300 años. El metano de origen mineral en Marte queda, por tanto, descartado, puesto que tendría que proceder de los tiempos remotos de la formación del planeta o de su actividad volcánica hace tiempo extinguida.

El metano de origen orgánico que habría ahora en Marte seguramente procedería de bacterias u otros organismos que estarían localizados en las zonas donde pudiera darse la presencia de agua. Como señala acertadamente Gian Paolo Cardini: «Si hay metano en Marte es porque algo lo está produciendo continuamente. Lo que tenemos ahora que hacer es encontrar la fuente».

Cuando pasen dos años se apagarán todos los instrumentos científicos del satélite Trace Gas Orbiter. Sin embargo, quedará orbitando alrededor de Marte para cumplir su nueva misión en 2018, transmitir los datos del rover que llegará en 2018 con el que se completará la misión ExoMars.