LOS NOMBRES DE LAS ESTRELLAS Y SU SIGNIFICADO POR CONSTELACIÓN
LOS AZAROSOS NOMBRES DE LAS ESTRELLAS
Una gran parte de los significados de las estrellas son fácilmente deducibles por las figuras de las constelaciones actuales y sus mitos. Por ejemplo, muchos nombres de estrellas sugieren una posición dentro de cada constelación. Así, la estrella Adhafera significa “trenza del león” y, de hecho, está situada en la cabeza de la constelación del León
Otras estrellas se relacionan con el momento en que aparecen en el cielo nocturno. Por ejemplo, la estrella Vindemiatrix significa “vendimiadora” porque en tiempos de los romanos su ascenso coincidía con la cosecha de la uva.
Otros muchos significados de estrellas aluden a una característica especial de la propia estrella. Es el caso de Sirius que significa “la resplandeciente” porque, de hecho, tiene un brillo notable (magnitud -1,4).
Sin embargo, el significado de los nombres de una cantidad considerable de estrellas resulta azaroso a causa de las capas que se han ido acumulando a lo largo de la Historia.

En efecto, la gran mayoría de nombres de estrellas tienen su origen en la región de Mesopotamia y, después, en la cultura clásica (Grecia y Roma). Sin embargo, tras la caída del imperio romano, los árabes tomaron el relevo de los conocimientos de la Astronomía. Los árabes tradujeron a su lengua los nombres latinos y, a su vez, añadieron nuevas estrellas que respondían a su propia cultura y que se superpusieron a las antiguas constelaciones
De ahí que un considerable número de estrellas aluda a leyendas procedentes de tradiciones de pueblos nómadas y de pastores de Asia y del norte de África. De este modo, en los planisferios aparecen estrellas asociadas a gacelas, camellos, rebaños, abrevaderos, jaimas, etc.

Esta superposición de culturas trajo consigo una gran mezcla de nombres que ha dificultado enormemente la labor de los filólogos encargados de hallar el significado original de cada estrella.
Tal es así que, a la hora de encontrar el significado de las estrellas, los filólogos se han topado con que algunos nombres de estrellas, cuyo origen se remonta a varios miles de años de antigüedad, han sido traducidos y retraducidos en numerosas ocasiones.
En todo este trayecto hay que incluir a los copistas de diferentes culturas que, a lo largo de los siglos, han transcrito cada nombre siguiendo sus propios criterios personales.
Por ello, cuando el rey Alfonso X el Sabio reunió en su corte a astrónomos árabes, cristianos y judíos para redactar Las Tablas Alfonsinas, descubrió que una misma estrella podía denominarse con hasta diez vocablos distintos.
Recientemente la Unión Astronómica Internacional (IAU), en su afán de unificar el nombre de las estrellas, ha decidido seguir también sus propios criterios. Uno de estos criterios ha sido quitar espacios en blanco de las palabras compuestas. Por ejemplo, la estrella Fum al Samakah, según la IAU debe escribirse “Fumalsamakah”.
En definitiva, en la actualidad hay infinidad de enciclopedias y mapas estelares con nombres de estrellas escritos de forma diferente a los que se atribuyen significados diversos. Y, aunque, desde mediados del siglo XX han aparecido estudios que se podrían considerar definitivos, no es descartable que surjan nuevas aproximaciones y enfoques.
Por nuestra parte, para el nombre y el significado de las estrellas hemos partido de la siguiente bibliografía:
FUENTES
Héritages Arabes : des noms arabes pour les étoiles. Roland Laffitte. Geuthner. Paris. 2006.
De toponimia arábigo-estelar: estudio compendiado de los nombres árabes de las constelaciones y estrellas del firmamento y de los accidentes astronómicos más frecuentes. García Campos, Joaquín. CSIC. 1953