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LÍNEAS SOSPECHOSAS EN MARTE

Giovanni Schiaparelli quiso ver en Marte algo insólito en la naturaleza: líneas rectas. Era el año 1877 y Marte se encontraba en oposición, esto es, en el momento en que se sitúa más cerca de la Tierra, por lo que los astrónomos apuntaron su telescopio hacia el planeta rojo.

Uno de ellos, Asaph Hall descubrió los satélites Deimos y Fobos. Schiaparelli, el director del Observatorio de Brera de Milán, prefirió fijarse en los accidentes geográficos de Marte para cartografiarlos.

Schiaparelli fue poniendo nombres a las regiones marcianas muchos de los cuales se respetan aún. Por analogía con la Tierra, describió cordilleras, lagos y mares.

Giovanni Schiaparelli también vio largas líneas rectas, líneas paralelas y líneas que se cruzaban. Parecía que habían sido trazadas siguiendo un plan. 

Las líneas eran de color azul e iban desde unas zonas redondeadas situadas estratégicamente hasta otras zonas más amplias. A las a las zonas redondeadas Schiaparelli las llamó lagos; a las líneas canales; y a las zonas en que desembocaban, mares.

Otros astrónomos de la época no observaron en absoluto ninguna de estas estructuras y sostuvieron que Marte era un planeta seco y vacío semejante a desierto. Dijeron que Schiaparelli les parecía demasiado imaginativo.

Ciertamente, Schiaparelli no se atrevió a afirmar que en Marte había seres inteligentes capaces de construir una red hidográfica global.

VIDA INTELIGENTE EN MARTE

El paso de afirmar que había vida inteligente en otros planetas lo había dado una década antes Camille Flammarion con un resultado contradictorio.

Aunque se hizo famoso por la publicación de un libro lleno de especulaciones titulado La pluralidad de los mundos habitados, fue despedido por Urbain Le Verrier por haber fantaseado ocupando un puesto de científico en el Observatorio de París.

Fue Percival Lowel quien aseguró sin ambages que los canales de Schiaparelli los habían construido los marcianos. Para aportar más datos empíricos hizo construir el Observatorio Lowell en una montaña de 2.000 metros de altura en el desierto de Arizona.

LA CIVILIZACIÓN MARCIANA

Según Lowel los marcianos disponían de una civilización muy avanzada. Eran capaces de construir infraestructuras que dejaban tamañitos al Canal de Panamá y al de Suez. Los canales de Marte tenían una longitud de miles de kilómetros.

Unían las ciudades y habían convertido en un vergel un planeta que se estaba secando. Los canales partían desde los casquetes polares regando fértiles tierras de las que habían brotado frondosos bosques y ricas praderas.

LA GUERRA DE LOS MUNDOS

La idea de que existía una civilización en Marte se popularizó. Los marcianos eran tan avanzados que quizá un día decidiesen subirse en sus naves para conquistar la Tierra.

Este es el argumento de la novela La Guerra de los mundos (1898) en la que H.G. Wells contaba que los marcianos arrollaban con facilidad las defensas de los terráqueos a los que degradaban convirtiéndolos en mero ganado.

Tiempo después Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán de los monos, inició una imaginativa serie de novelas marcianas con la publicación de Una princesa de Marte.

En 1938 Orson Welles adaptó para la radio la novela La guerra de los mundos. El formato del programa era muy original, pero nada hacía sospechar el acontecimiento mediático que se avecinaba.

En medio de un programa de música llegaba la noticia de la llegada de un extraño objeto que movilizaba a los reporteros y a las autoridades. Del objeto salían unos violentos alienígenas y, en pocos minutos, la invasión estaba en marcha.

Muchos oyentes creyeron que la invasión de los marcianos era cierta y fueron presos del pánico.

En algunas ciudades, como Nueva York y Nueva Jersey, el tráfico quedó colapsado porque la gente quería huir a toda prisa. Las líneas telefónicas de la policía y de los periódicos se saturaron de llamadas pidiendo información sobre la marcha de los acontecimientos.

Para evitar el gas venenoso de los extraterrestres algunos se taparon la boca con toallas mojadas y hubo quien se encerró en su sótano provisto de armas.

Al miedo le siguió la indignación cuando se supo que todo había sido mentira. Orson Welles tuvo que disculparse públicamente. A nadie se le escapó, no obstante, que se había producido un hecho memorable en la historia de la radio.

Poco tiempo después Orson Welles conseguía los fondos para dirigir la película Ciudano Kane que dirigió con 25 años y que le consagró como un genio del cine.

¿ VIDA EN MARTE? QUIZÁ

La idea de que hay vida en Marte persiste en la actualidad. En el planeta rojo se ha encontrado agua y parece ser que antiguamente hubo condiciones ambientales semejantes a la Tierra. Según algunos astrónomos en Marte ha habido tres Eras.

La primera Era» duró mil millones de años y en ella el agua fluía en abundancia. Tal es así que había océanos y ríos muchísimo más caudalosos que los de la Tierra.

En la segunda Era el agua fue perdiéndose a causa de una violenta actividad volcánica y del impacto de grandes meteoritos.

La última Era abarca los últimos 3.500 millones de años.  En esta última Era el agua se ha escapado de la atmósfera y sólo queda un reducto de hielo en el polo Norte.

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Se puede afirmar con cierta seguridad que en el polo Norte, bajo una capa de “hielo seco” compuesto por dióxido de carbono, hay una gran extensión de agua congelada de varios metros de espesor.

En conjunto, el hielo de agua en el polo Norte marciano sería equivalente al que hay en Groenlandia. En el polo Sur, en cambio, es probable que sólo exista la capa de “hielo seco”.

Otra diferencia entre los dos polos, es que en los últimos cien años de observación en el polo Norte siempre ha habido hielo, mientras que en el polo Sur ha desaparecido en dos ocasiones.

BUSCANDO DESESPERADAMENTE VIDA EN MARTE

Existe la teoría de que, aparte del agua de los polos, hay más agua, sólo que subterránea, especialmente en las profundidades de los cauces secos de los ríos. También se piensa, retomando en cierto modo la idea de Lowell, que los polos ocupaban una extensión mayor, pero que se derritieron formando los ríos y los océanos.

En el proceso que llevó a que el agua desapareciera, el agua habría corrido torrencialmente y se habrían creado las condiciones mínimas para que hubiera vida en Marte (las condiciones mínimas para la vida se reducen a unas temperaturas sostenidas por el efecto invernadero y la formación de una capa de ozono).

Según algunos, la vida marciana subsistiría todavía en forma de líquenes u otros organismos resistentes en algunas zonas concretas.

Algunos astrónomos más escépticos opinan que en Marte no hubo tanta agua y que las huellas de su hipotética presencia tienen otras explicaciones.

Argumentan, por ejemplo, que en la misma Luna, donde seguro que nunca ha habido agua, es fácil observar falsos cauces de ríos.  En cuanto a un tipo de vida marciana análoga a la que hay en la Tierra, todo parece indicar que es muy difícil que haya exisitido. La capa de ozono de Marte es extremadamente débil por lo que permite que la atraviesen las dañinas radiaciones ultravioletas, y la exigua atmósfera del planeta rojo no mantiene una temperatura favorable para que subsistan organismos complejos

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