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La zona habitable del Sistema Solar se sitúa entre las órbitas de Venus y Marte, esto es, entre 0.95  y 1.15 unidades astronómicas (UA, esto es, entre 5% más adentro y 15% más afuera de la orbita de la Tierra. Únicamente el planeta Tierra puede contener vida, aunque es posible que queden algunos restos de vida en Venus y en Marte.

NUESTROS VECINOS LOS VENUSIANOS

¿Vida en otros planetas? En la primera parte del siglo XX algunos científicos consideraban que no era preciso adentrarse mucho en el espacio exterior para encontrarla: en los planetas vecinos, Marte y Venus la había en abundancia.

Esta certeza llevada al campo de la ciencia ficción planteaba dos escenarios bien diferentes. Los extraterrestres de Marte tenían una tecnologíasuperior y era preferible no enfrentarse con ellos.

En cambio, a los venusianos, los seres menos evolucionados del concurrido Sistema Solar, en caso de que las cosas fueran muy mal en la Tierra, se les podía invadir sin grandes problemas.

Desde las primeras observaciones con telescopio se creyó que Venus era muy similar a la Tierra y se le llamó el planeta hermano. En 1645 F. Fontana trazó un mapa en el que aparecían océanos y continentes, pero los científicos concluyeron que sus mapas adolecían de un exceso de imaginación.

Sin embargo, en el siglo XVII el reputado astrónomo Christiaan Huygens aseguró que Venus estaba cubierto de nubes, lo que llevó a pensar seriamente que se parecía a la Tierra.

Si Venus estaba cubierto de nubes, es que tenía atmósfera. El paso de decir que había vida en el planeta lo dio el astrónomo Richard Procter a finales del siglo XIX. El tamaño y el radio de la órbita de Venus eran similares a los de la Tierra.

No obstante, puesto que Venus se encontraba más cerca del Sol, haría mucho más calor. En Venus, afirmaba Procter, había vida, pero estaba necesariamente confinada en las zonas cercanas a los polos.

En pleno siglo XX el Premio Nobel de Química y pionero en describir el efecto invernadero, el sueco Svante Arrhenius, afirmó que Venus era un lugar pletórico de vida.

Sus condiciones climáticas, gran humedad y mucho calor, lo hacían semejante a la Tierra de hacía unos 450 millones de años, en pleno periodo carbonífero. Venus era, por tanto, un lugar extremadamente húmedo y lleno de pantanos.

Estas ideas favorecieron que en los libros de ciencia ficción Venus se llenara de helechos, reptiles y seres anfibios dotados de inteligencia.

 VENUS, EL PLANETA HERMANO

Tradicionalmente se ha llamado a Venus el planeta hermano o, incluso, el gemelo de la Tierra. Se destacaba que su radio es muy similar al de la Tierra; que los materiales que componen a los dos planetas son prácticamente los mismos; y que en su recorrido por el espacio se acerca a la Tierra más que ningún otro planeta.

Las ideas preconcebidas sobre Venus empezaron a cambiar tras la Segunda Guerra Mundial en que la tecnología del radar permitió conseguir nuevos datos y, definitivamente, a partir de los años 60 en que varias sondas soviéticas y americanas penetraron su atmósfera.

Venus es un planeta tan hostil que se considera un éxito que las sondas trasmitan su información durante unas pocas horas. Algunos de los dispositivos esenciales de las sondas Venera 5 y 6, por ejemplo, quedaron aplastados antes de llegar a la superficie por la alta presión de Venus.

La presión dentro de Venus es 90 veces superior a la de la Tierra (equivale a la que hay a 1.000 metros de profundidad bajo el agua de los océanos terrestres). Algunas sondas han logrado posarse y transmitir durante más de 20 minutos, sin embargo, normalmente las agencias espaciales se conforman con que se adentren en la atmósfera y sobrevivan un poco antes de interrumpir sus comunicaciones.

Se piensa que hubo un periodo en el que Venus tuvo una atmósfera rica en oxígeno y que en su superficie hubo agua en la misma cantidad que en la Tierra. Ahora la temperatura de Venus resulta insoportable y el agua que queda no suaviza las temperaturas sino que las incrementa.

La explicación de las altas temperaturas, en torno a los 500º C de día y de noche, no radican en la cercanía al Sol. Mercurio, por ejemplo, se encuentra el doble de cerca del Sol que Venus y sus temperaturas son inferiores.

EFECTO INVERNADERO DESBOCADO

El factor decisivo de las altas temperaturas de Venus es el efecto invernadero. Hay que decir que el efecto invernadero no es perjudicial en sí mimo. Un efecto invernadero moderado fue el causante de que la Tierra no hubiera quedado completamente congelada.

En Venus el efecto invernadero se ha desbocado porque el dióxido de carbono forma una densa capa que no deja que la energía solar que llega a la superficie vuelva a salir. Paradójicamente, Venus absorbe menos energía que la Tierra y refleja la mayoría de la radiación solar. Pero el 10% que pasa permanece en el interior y calienta de un modo inmisericorde la atmósfera.

El dióxido de carbono constituye más del 90% de la atmósfera de Venus. Los otros componentes son el dióxido de azufre y el ácido sulfúrico.  Estos gases se agrupan en una espesa capa de nubes que tapan por entero Venus.

En la parte superior de las nubes los vientos alcanzan los 350 km/h. En la superficie, los vientos son suaves, de no más de 20 km/h, pero el aire está tan cargados de material corrosivo, que lo arrasa todo. 

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